¿Qué es un viñedo y en qué consiste?
Cuando oímos la palabra viñedo, lo más probable es que venga a nuestra cabeza la imagen de un campo plantado de vides, las cuales producen la uva que después del proceso de vinificación, se convierte en vino.
En nuestra bodega Ladrón de Lunas, tenemos un gran ejemplo de la posible imagen que te ha venido a la cabeza al imaginarte un viñedo; hojas verdes bañadas por los rayos de sol, cubriendo el campo con elegancia y creando un espectáculo visual sin igual.
Pero, entonces ¿qué diferencia al viñedo de la viña?
Muy sencillo: El viñedo no es nada más que el conjunto de viñas en un espacio mayor, así que cuando hablamos de viña simplemente nos estamos reduciendo el espacio que ocupan las mismas. A veces se denomina al viñedo como parra; aquella cuyo producto es la uva de mesa, aunque en fruticultura se denomina parral o parra a un sistema de conducción de las plantas de vid en altura, usado particularmente para ejemplares de producción cuidada, ya que sus uvas se destinan al consumo en fresco.
¿Qué cuidados necesita la vid? Pues comenzaremos con el clima: necesita que este sea calmado y con calidez durante su crecimiento para poder prosperar, además la poda que se les realiza es muy específica para que permita el crecimiento adecuado. El suelo debe tener una fertilidad moderada y drenaje, ya que si esta lo es demasiado, puede afectar en la calidad del fruto y alterar sus propiedades. Lo más aconsejable es regar dos veces por semana durante el primer año, mostrando especial atención a si existe un exceso o déficit de agua, ya que es resistente a la sequía y sensible al exceso de humedad.
¿Y el sol? ¿Puede debilitar o afectar a la vid de forma que esta produzca un mal producto, o que acabe muriendo?
Lo cierto el sol es necesario ya que ayuda a la planta a crecer y nutrirse y, no solo eso, la planta tiene sus propios medios para protegerse. Gracias a su follaje, se protege y evita ese exceso de rayos de sol, ayudando así a que la uva no se madure demasiado pronto.
Como recomendación para combatir el calor veraniego, te aconsejamos un copa de vino blanco, en concreto de nuestro Ladrón De Lunas Macabeo & Sauvignon. Nada mejor que la notas cítricas y flor de azahar que aportan un sabor elegante y único. Una acidez perfectamente equilibrada que hace que siempre quieras repetir.